Pedro y la respuesta de una Iglesia que intercedió

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Pedro y la respuesta de una Iglesia que intercedió El poder de la oración Si hay intercesión, habrá liberación, habrá salvación. Alguien saldrá de la cárcel, saldrá de la cárcel porque una Iglesia intercedió. Pedro conocía al SEÑOR JESÚS. Él estuvo con ÉL durante Su ministerio terrenal. En la Palabra podemos encontrar grandes historias. Grandes historias, maravillosas historias de tremendas liberaciones. Pero también vemos en la Palabra muchos momentos de guerra y muchos temas que podemos encontrar que nos ayudarán en nuestro camino. Momentos de paz y alegría además de lágrimas. Pero hoy hablaremos de la historia de un hombre que estuvo preso. Este hombre no estaba en deuda con la sociedad por ser un criminal peligroso, pero en verdad el mundo no era digno de él. Así como los demás discípulos y nosotros. El discípulo Pedro, alumno de JESUCRISTO, vivió grandes experiencias con Su Maestro. Veamos a este hombre salir de prisión. JESÚS ya había ascendido al cielo. Y por causa de la predicación del evangelio, Pedro fue encarcelado. Todo porque quería ver vidas libres. Libre de pecado, salvo y liberado y por eso allí estaba cautivo, sin libertad, simplemente por predicar la libertad a los oprimidos. Pedro vio a JESÚS realizar grandes milagros como la multiplicación de los panes y los peces. Cuando JESÚS lo encontró y lo llamó, pronto lo siguió. Era uno de los doce y uno de los más cercanos a JESÚS. Se atrevió a pedirle a JESÚS que caminara con ÉL sobre el agua y hasta lo hizo. Estuvo con JESÚS en el momento de la transfiguración, también en Getsemaní. Negó a JESÚS tres veces. Pero tres veces le dije al Señor después de la resurrección que lo amaba. Pudo vivir grandes experiencias con Su Maestro. En Hechos 12 podemos ver que Santiago, el hermano de Juan, fue asesinado por Herodes y Pedro fue arrestado. Pedro sólo sería juzgado después de Pascua. Estaba custodiado por cuatro escuadrones de soldados. ¡Hay poder cuando la gente ora! Hechos 12:5: Pedro fue mantenido en prisión; pero la iglesia oró insistentemente a DIOS por él. La Iglesia estaba de luto por Santiago, pero no dejó de orar por Pedro. Hechos 12:6,7: 6 Ahora bien, cuando Herodes estaba a punto de presentarlo, aquella misma noche Pedro dormía entre dos soldados, encadenado con dos cadenas, y los centinelas delante de la puerta guardaban la prisión. 7 Y he aquí vino un ángel del Señor, y una luz brilló en la cárcel; y él, tocando el costado de Pedro, lo despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas cayeron de sus manos. En la prisión y muy bien custodiada, custodiada por soldados fuertes y precisamente en este escenario, aparece un ángel de DIOS en esa celda. Despierta a Pedro y libéralo de esas cadenas. ¡Qué cosa tan tremenda! DIOS escuchó la persistencia de las oraciones de la Iglesia y liberó a Pedro. El ángel le dice a Pedro que se calce las sandalias, se cubra con su manto y lo siga. Se marcha obediente, pero no comprende lo que está pasando. No entendí que lo que estaba haciendo el ángel era real, pensando que era una visión. Hechos 12:10: Pasada la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que da entrada a la ciudad, la cual se abrió para ellos por sí sola; y saliendo, pasaron por una calle, e inmediatamente el ángel se apartó de él. Allí terminó la misión de aquel ser angelical enviado con un propósito definido, liberar a Pedro de la prisión. Para ti que aún no has entregado tu vida a JESÚS. No lo recibiste como Salvador, aprovecha ahora la oportunidad. ¿Eres alguien esclavizado en el pecado? ¿Te sientes atrapado? Hoy hay gracia sobre ti en este mismo momento y si así lo deseas puedes encontrar la libertad, encontrarte con el HIJO de DIOS y a través de ÉL ser llevado a DIOS y que tu vida cambie por completo. Hechos 12:11: Entonces Pedro volvió en sí y dijo: Ahora sé verdaderamente que el Señor envió su ángel y me libró de la mano de Herodes y de todas las esperanzas del pueblo judío. Hechos 12:12: Después de reflexionar de esta manera, se dirigió a la casa de María, madre de Juan, de apellido Marcos, donde estaba reunida mucha gente orando. Podemos ver que la señorita Rôde va a abrir la puerta y al escuchar la voz de Pedro, se pone tan feliz que no abre la puerta y lo anuncia a los que están en la casa, pero al principio no lo creyeron. La Iglesia intercede, insiste en la oración, pero cuando llega la respuesta no cree. Cuantas veces estamos así, intercediendo, pero el miedo está en nuestro corazón, recibiremos, un no, un sí, tal vez un esperar un poquito más. Y lo peor es que nos quedamos tan atónitos cuando llega la respuesta que ni siquiera le hemos abierto la puerta. ¡Pensemos en esto!
Con amor en CRISTO,
Ayudante Misionero Freitas

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